No existe Un Paso Gigante hacia el Éxito sino Muchos Pasos Pequeños

Un proceder habitual de las personas que tienen  sobrepeso, es que llega un día en que te das cuenta de que ya no puedes seguir así, que tienes que hacer algo y decides que vas a “Bajar de Peso”. Todo esto lo conozco muy bien porque yo también he estado ahí.

Lo primero que hacemos  es “elegir” que “dieta” vamos  a seguir y buscamos en las  revistas en donde hemos leído las últimas tendencias de Holywood, desempolvamos una que hicimos alguna otra vez y nos fue bien  o buscamos la que nos ha dado una amiga que dice que le ha funcionado. En otras ocasiones, vamos al médico y le decimos que queremos perder peso o nos acercamos a la farmacia en donde hay una dietista para que nos diga que hacer.

Ni por un momento nos paramos a pensar en si estamos preparadas mentalmente, por qué queremos bajar de peso, qué motivación tenemos o qué estrategia será la mejor para conseguir el resultado, un resultado que sea duradero en el tiempo. La mayoría de las veces, nuestro enfoque está en bajar de peso y si es de forma rápida mejor.

¿Y qué sucede? Que comenzamos con mucha energía, con ganas, las más previsoras y que se sienten más comprometidas, compran los alimentos que necesitan para ello y el lunes… Sí, el lunes, porque todas las dietas comienzan en lunes… comenzamos, después de habernos dado un gran homenaje el fin de semana, porque ya es el último “el lunes comienzo, sí o sí”.

Cuando llevamos 15 días ya encontramos que las cosas no funcionan como habíamos previsto, no bajamos de peso tan rápidamente como en nuestro imaginario habíamos calculado, nos encontramos “raras” y decimos: “Esto es por la dieta” y comienza el desanimo. Al principio, comenzamos por comer algo más de lo que habíamos dicho que íbamos hacer, total esto no influye y poco a poco, vamos cediendo, autoengañándonos y según sea “la Voluntad” que tenemos aguantaremos más o menos pero, todos nuestros deseos, todo lo planeado, en pocas semanas se va al traste y, ¿qué sucede? Que nos sentimos culpables, que entramos en el círculo de a mi no me funciona y que nuestra autoestima, nuestro poder personal se hunde, nos consideramos inadecuadas, poco “voluntariosas” incapaces de hacer lo que decimos y… bla, bla, bla… y en muchos casos, aprovechamos este bajón, este “soy incapaz” para darnos un atracón y vuelta a empezar con lo que el círculo se perpetúa y alcanzar nuestro objetivo, lo vemos cada vez más lejos.

El estrecho vínculo entre la comida y las emociones es evidente. Todas hemos experimentado que cuando estamos “disgustadas” decimos “se me ha cerrado el estómago” y a otras lo que les sucede es que ese mismo “problema” les conduce a comer demasiado.

¿Esto a qué nos lleva? A que el problema está más allá de la ingestión de alimentos, que la “comida” la utilizamos para “calmar” aquello que de otra forma no somos capaces de calmar. Comer produce satisfacción y calma la ansiedad. A su vez, la ansiedad hace que aumenten los niveles de adrenalina en sangre, que a su vez hace que tengamos menos autocontrol sobre nosotros.

Hoy para romper este círculo te voy a dar un tip, que te ayude a conseguir tu objetivo:

La próxima vez que te entren esas enormes ganas de comer, que no sabes como parar, COME TODO LO QUE QUIERAS, si has oído bien todo lo que quieras.

Si lo normal es comas en la cocina, abriendo el frigorífico o el cajón donde guardas el  chocolate, los frutos secos o las galletas…

Coge en una bandeja todo lo que te apetezca comer, te vas al dormitorio, te sientas en la cama y ahí sentada, te comes lo que te ibas a comer… y observa lo que sucede

¿Qué conseguimos con eso?

1º.- Que tomes conciencia de lo que comes. Al tenértelo que llevar a otro sitio, te das cuenta de la calidad y cantidad de lo que comes.

2º.- Hacer una brecha en el hábito de los atracones. Un hábito es una secuencia que ocurre siempre de la misma forma, al variar el sitio y tenerte que sentar, el patrón se interrumpe y es como si abrieras una grieta en una presa, que si cada vez la haces más grande el agua se desborda por allí y el muro acaba cayendo.

Si esto lo repites cada vez que te vengan las ganas de comer, verás como poco a poco eres capaz de controlar esta situación.

No Existe Un Paso Gigante Hacia el Éxito Sino Muchos Pasos Pequeños

Te animo a que pruebes esta táctica y si te funciona, házmelo saber, dejándome un comentario en el blog.

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