Si quieres resultados diferentes, habla de forma diferente

Según la Neurociencia, nuestro cerebro  es como una grabadora, que alberga todo  lo que nos ha sucedido desde que nacemos, no solo lo que hemos sido conscientes, también aquellas cosas a las que no hemos prestado atención pero han ocurrido, como los sonidos, los colores de la ropa de las personas que están a nuestro alrededor, si hace frio o calor…. Toda la información  a la que hemos sido expuestos en nuestra vida está almacenada en las conexiones sinápticas del cerebro.

Cuando estamos despiertos, mientras interactuamos o trabajamos de forma rutinaria, los estímulos del exterior (palabras, olores, ruidos, …)activan diversos circuitos cerebrales, que hacen que de forma automática empecemos a pensar  y nuestras redes neuronales activan las experiencias del pasado almacenadas en el cerebro, dando como respuesta pensamientos recurrentes de nuestro pasado.

¿Cómo saber qué pensamos para poder cambiarlos?

Tus pensamientos están creados, descritos y expresados por palabras, así que si quieres cambiar tu realidad, comienza por cambiar tu vocabulario.

Los estudiosos de la psiconeuroinmunologia, aseguran que toda expresión hablada, sea positiva o negativa, produce una descarga emocional en nuestro cerebro.

Las palabras son una expresión energética del pensamiento. El sonido es una vibración que actúa como un conductor, transmitiendo ondas energéticas que influyen en nuestro subconsciente y en el del que escucha. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones, cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral.

Un primer paso para lograrlo es empezar a estar consciente de las palabras que usas y de cuándo y cómo las utilizas.

A veces con tan solo cambiar las palabras comenzamos a sentirnos diferente.

Por eso, necesitamos ser bien cuidadosos con lo que decimos y cómo lo decimos.

Lo que yo te propongo es que cambies tu vocabulario en relación a lo que deseas conseguir.

Coge papel y bolígrafo  y anota por favor de 6 a 10 cosas que se te vengan a la cabeza en el Momento que yo te diga: TIENES QUE PERDER PESO. No lo pienses mucho, anota lo que se te venga bien sean acciones,  actitudes o emociones.

Por ejemplo, muchas personas contestan algo así como :

TIENES QUE BAJAR DE PESO LES  EVOCA:

  • Esfuerzo
  • Comidas aburridas
  • Sigue tú……

¿Has terminado? Quizá tu lista se parezca a algo parecido a esto:

QUIERO PERDER PESO  tu cerebro enseguida te trae a la mente imágenes de:

  • Dieta
  • Privación
  • Sacrificio
  • Restricciones
  • Esfuerzo
  • Monotonía
  • Dejar de Salir
  • Comidas Aburridas
  • Ejercicio

Ahora vamos a cambiar la frase y te vas a decir a ti misma:

QUIERO ESTAR DELGADA

Anota lo que te evoca: Hazlo igual que lo anterior.

Quizá tu lista sea algo parecido a esto:

  • Sentirme Genial
  • Haber cumplido mi sueño
  • Atractiva
  • Sexy
  • Ropa nueva
  • Segura de mi misma
  • Mujer exitosa con los hombres
  • Triunfadora

Ahora compara las dos listas. Lo único que hemos hecho ha sido cambiar la frase de nuestro lenguaje y ya ves que lo que evoca una y otra es muy diferente, Así que lo primero que tienes que hacer si deseas RESULTADOS DIFERENTES es hablar de forma diferente.

Deja de decir: Tengo que bajar de peso. Tendría que hacer dieta y comienza hablar de forma diferente, para que tu cerebro procese de forma diferente.

Deja de Decir:                                   Comienza a sustituirlas por:

Dieta                                                         Plan de  Alimentación saludable

Bajar de Peso                                           Estar Delgada

No voy a conseguir mi peso ideal        Voy a conseguir Mi peso deseado

No tengo fuerza de voluntad                Soy capaz de aprender a tenerla

Requiere sacrificio                                  Lo consigo de forma fluida

Observa tú,  tu propio vocabulario y haz una lista de las palabras que te dices y busca otras que sean más sugerentes y en sentido positivo.

Aunque a primera vista esto te parezca poco insignificante, te invito a que lo hagas  aunque en un principio te sientas un poco ridícula o impostada, hazlo y ya verás como tu estado de ánimo según pronuncies una u otra es completamente diferente y por consiguiente tu actitud ante la comida y ante tu peso corporal será totalmente diferente.

Cuando nos hablamos con la lista del primer apartado, nuestro cerebro al ver algo negativo,  empieza a liberar cortisol, la hormona del estrés y la que nos pone en alerta. Y cuando pensamos en cosas positivas  comienza a  liberar  dopamina, la hormona de la recompensa y el bienestar.

Las palabras positivas o estimulantes son asimiladas por el hemisferio derecho del cerebro, que es el de las emociones. Por lo tanto, van a generar placer, sorpresa y alegría.

Así  pues vemos que la palabra es creadora, puede cambiar nuestro estado de ánimo  y nuestra percepción de las cosas. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado.

No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

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