¿Has retrasado alguna vez una cita porque no tenías muchas ganas?
¿Eres de las que te propones hacer una cosa y cuando llega el final del día no has hecho nada?
¿Te dices que vas hacer ejercicio, dieta, ordenar tal cosa, llamar para arreglar el grifo que gotea… y lo vas dejando?
La procrastinación (del latín procrastinare: postergación o posposición) es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.
Aplazar los asuntos pendientes, o dejar para mañana lo que podrías hacer hoy, es una costumbre muy humana y todos en algún momento la hemos practicado.
Pero los expertos explican que sentir que tienes que hacer algo y ser incapaz de ponerte a ello es una fuente importante de ansiedad.
Aunque aún no se ha identificado como un problema grave, detrás de alguien que procrastina se encuentra el miedo al fracaso, a hacerte responsable de las consecuencias de tus decisiones y hasta problemas de salud como insomnio, trastornos gástricos y todos los derivados del estrés.
Los retrasos evitables tienen un gran coste, causan estragos emocionales, principalmente mermando la autoestima. Además el dejar las cosas para “mañana” genera mucho estrés y ansiedad.
En el video te cuento que puedes hacer para salir de este bucle de posponer.