Mí Historia

Vicenta Barco

Hola, soy Vicenta Barco,
y esta es mi historia,

 

Siendo yo joven entre a formar parte de una organización, que marcaba un estilo de vida muy especifico y que tenía unos ideales muy elevados. Yo me sentía feliz y orgullosa de pertenecer a ella y estaba de acuerdo con sus normas y exigencias.

Cuando llevaba perteneciendo a ella unos 10 años, comenzó a salirme en los codos, las rodillas y la cabeza, unas placas de ezema que me picaban mucho y que a veces se resecaban tanto que me sangraban, sentía mucha desazón y cuando sangraban era muy molesto y doloroso. La evolución era algo insospechado, unos días estaban fatal y a los pocos días habían mejorado mucho, aunque no se me llegaban a quitar nunca. Me hicieron toda clase de estudios (trabajaba en un hospital) y el dermatólogo Jefe, alguien que tenía fama de saber mucho, después de ver los resultados de las pruebas que me habían hecho, me citó para hablar conmigo.

Cuando estuvimos a solas, me comenta: “No he querido que haya nadie con nosotros, porque lo que te voy a decir, quizá no te siente bien: Está claro que lo que tienes es “dermatitis inespecífica,  y  continuó, después de haber estudiado detenidamente todo y vista la evolución  me atrevo a decirte, que a pesar de que la apariencia de que estás a gusto con tu vida, que estás alegre y centrada y que no tienes problemas, estás viviendo una situación que te provoca una lucha interna, que como no la expresas, acaba saliendo fuera. La medicación solo te mejorará, pero si no haces cambios en tu situación, o la vives de otra forma, esto no se quita”.

Yo me quedé sin saber qué hacer, porque no era del todo consciente de lo que me estaba diciendo. Es verdad que en muchos momentos, mi pertenencia a la organización me pesaba demasiado, sentía que no compartía en su totalidad, todo lo que se exigía, pensaba que qué hacía yo ahí, pero no le había dado tanta importancia, suponía que eso era bastante normal.

Aquello me hizo pensar mucho y empecé a cambiar algunas cosas superficiales, pero sin plantearme siquiera el abandonar la organización. La situación no mejoró.

Pasaron varios años y yo seguía con mi “dermatitis” y en la organización, aunque tenía bastante claro para mí, que aquel no era mi sitio, no era capaz de tomar la decisión de abandonarla porque tenía que enfrentarme a situaciones que no deseaba afrontar.

Fue entonces, cuando comencé a enlazar una rinitis con otra a tal punto que acabó en sinusitis. En un año se repitió varias veces el mismo episodio.

La situación de estrés cada día era mayor, tenía dificultades para dormir, cogí muchos kilos………me encontraba viviendo una vida que no deseaba y no tenía fuerzas ni ánimo para romper aquella espiral.

Tomé conciencia de que sino hacia lo que tenía que hacer (abandonar la organización) cada vez tendría más síntomas físicos y mi situación empeoraría.

Para este momento yo ya había comenzado a tener una visión diferente de la enfermedad y a darme cuenta de que no hay nada separado, sino que la parte psíquica, emocional, espiritual y social, acaban haciéndose cuerpo en el cuerpo, que este es la expresión externa de todo lo que sucede dentro.

Hoy, después de más de 20 años que dejé atrás aquella situación os puedo contar, que las eczemas fueron desapareciendo poco a poco y no han vuelto a salirme más. Tampoco padezco de rinitis ni he vuelto a tener una sinusitis.

Hoy es mi trabajo, el acompañar a las personas a hacer los cambios necesarios para vivir una vida plena, sin tener que enfermar. Enseñarles que se pueden ver las cosas desde otro punto de vista más satisfactorio.  Porque conozco a personas que han hecho de la enfermedad su forma de vivir, su manera de obtener lo que desean.

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