¿Estás presente en tu vida?

¿Te ha sucedido alguna vez que estás leyendo un libro y cuando llevas algunas páginas tomas conciencia de que no te has enterado de nada?

¿Estás de conversación con alguien y de pronto le preguntas algo y te dice que hace un rato que ya te lo ha contado?

Si te resuena alguna de éstas situaciones, es que físicamente, te encuentras ahí, pero emocional y mentalmente ¿En dónde te encuentras? ¿Estás presente en tú vida?

Un antiguo proverbio zen afirma: “Cuando camines, camina. Cuando comas, come”. A primera vista puede parecer una verdad de Perogrullo, pero lo cierto es que este consejo saca a relucir el principal problema que aqueja a muchas personas en la sociedad actual: la incapacidad para vivir en el presente.

Pasado y futuro son estados mentales. No existen por sí mismos, no son nada. El pasado es la impronta que dejó en nosotros un estado presente que sucedió anteriormente. El futuro es una proyección de nuestra mente del estado presente actual.  Nuestra mente no concibe vivir en un estado mental que no sea algo que ya ha pasado y sobre lo cual ha podido almacenar datos, imágenes, sensaciones, información, o en un estado futuro que sea la proyección de esas imágenes, datos y sensaciones.  Nos imaginamos ese futuro, pero ese futuro no existe. Solo el presente existe.

Vivir el presente de forma plena significa ser plenamente consciente de todo lo que forma parte de tu presente. Es decir, ampliar tu conciencia lo máximo posible para abarcar el momento actual y, al mismo tiempo, todo tu pasado y tu futuro.

Sufrimos por el pasado, reviviendo una y otra vez en nuestra mente acontecimientos negativos que han sucedido: una discusión con nuestra pareja o en el trabajo, un proyecto que salió mal, una circunstancia adversa… Nos arrepentimos de lo que hemos hecho, de lo que no hemos hecho, y de lo que hicimos pero podríamos haber hecho mejor. Y nos preocupamos por el futuro, con una visión catastrófica que adelanta acontecimientos negativos: “¿y si sale mal? ¿y si me ocurre algo malo? Incluso existe el miedo al éxito: ¿y si no merezco lo que voy a conseguir?¿qué pensarán los demás? En general cuando nuestra mente se pierde en recuerdos y preocupaciones vivimos más amargados y nos despistamos más.

El estrés es causado principalmente por estar aquí deseando estar allá, o lo que es lo mismo, estar en el presente, pero deseando estar en el futuro. Y no podía ser de otra manera, pues energéticamente estamos proyectando nuestra energía hacía el futuro, cuando la necesitamos “aquí y ahora” para vivir nuestra vida plenamente.

¿Cómo saber si no estamos viviendo el momento presente plenamente?, sencillo, observemos nuestros pensamientos y sentimientos en este momento. Vivir en el momento presente enfocarnos en lo que está sucediendo o estamos haciendo en este preciso momento.

¿Cómo vivir en el momento presente?

La gracia es que no le puedes decir al cerebro, “no me traigas estos pensamientos”, porque como ya sabemos, si le dices eso va y te los trae (“no pienses en un elefante rosa”).

Básicamente lo que sucede es que el cerebro se “aburre” y nos trae cosas que a él le parecen más importantes que lo que estás haciendo en ese momento: por ejemplo arrepentimientos del pasado o bien preocupaciones por el futuro. Estos pensamientos recurrentes pueden venir como imágenes, sonidos o sensaciones.

Ahora, ¿cómo nos deshacemos de estos pensamientos involuntarios?  ¿Cómo acallar nuestro diálogo interno?.

Vivir en el presente no solo significa dejar de pensar en el pasado o el futuro, sino también aprender a disfrutar del aquí y ahora, ser plenamente conscientes. Cuando nos concentramos en cada detalle, por ínfimo que nos pueda parecer, aprendemos a disfrutar de las situaciones, nos implicamos en cuerpo y alma e incluso cambia nuestra percepción del mundo que nos rodea. La práctica del mindfulness es un camino para alcanzar este estado de conciencia plena del momento presente.

Solo te voy a proponer 2 cosas que son complementarias, muy simples, no necesitas a nadie, solo tú, pero si practicar.

 La primera. Toma conciencia de tu respiración

De sentir como el aire entra y sale de nuestros pulmones, naturalmente, sin interferir con su flujo, como testigos silenciosos de ese proceso. Sentir como ese aliento energiza todo nuestro Ser.

Lo único que realmente necesita afrontar un ser humano en cualquier etapa de su vida real, contrario a lo que la mente con sus proyecciones imaginarias nos pueda hacer pensar, es este momento presente.

Mientras estas respirando, ve tomando conciencia de cómo te vas sintiendo, como reacciona tu cuerpo, si te viene algún pensamiento déjalo, contémplalo como si estuvieras vendo una película, no te enganches en él. Veras como poco a poco, te vas sintiendo más viva, más llena de energía.

Esto no requiere mucho tiempo, apenas un par de minutos, pero si lo vas introduciendo en tu vida verás los resultados.

La segunda. Hazte presente en tu vida

El poder de obrar, de crear, y de hacer realidad nuestros sueños se encuentra en el momento presente. En la medida que nos conectamos conscientemente y permanecemos en el presente, nos conectamos con ese poder, desde el cual podemos manifestar la más maravillosa realidad que seamos capaces de imaginar.

Ocurre con demasiada frecuencia, que vivimos ajenos a nuestra vida, colocamos el piloto automático y no somos conscientes de lo que nos sucede. Vivimos como zombis, moviéndonos de aquí para allá pero sin nuestra presencia. Hay una frase que repite con mucha frecuencia José Luis Parise y es que suele preguntar ¿Quién falta en tu vida?… TÚ

Préstele atención al presente, toma consciencia de tus pensamientos, sentimientos, palabras, y acciones, de tus reacciones, de tus humores y tus deseos a medida que ocurren en el presente. Conviértete en un observador silencioso de ti mismo, obsérvate sin emitir juicio alguno, pero aceptándote tal como eres.

Mientras más atención le prestas al presente, más te energizas, y más fácil es permanecer conectado y viviendo en el momento presente, empleando el poder del ahora para expresar la plenitud de nuestro ser.

Siempre se puede afrontar y resolver cualquier situación en el presente, pero el pasado quedó atrás, y el futuro aun no ha llegado. Al reconocer esto, automáticamente reconocemos también, como es natural, que ni siquiera tenemos que pensar en ocuparnos de otro momento que el presente, y comenzamos a vivir conscientemente cada instante de nuestra existencia.

A partir de ese momento las respuestas, la fortaleza, las acciones, los recursos, etc. estarán allí en el momento justo en que los necesitemos, no antes ni después, pero en el instante preciso en que formen parte de nuestro presente.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *